Con sus más de 250 m2, la planta principal del pazo albergará un espacio de tienda y exposición de artesanía local, que además comunicará con el jardín y permitirá un funcionamiento independiente del conjunto, a la espera de revalorizarse con lo que las excavaciones arqueológicas previstas nos puedan deparar. Albergará además un almacén, un recibidor, los aseos, las oficinas, las salas de reuniones y el cuarto de instalaciones.
Destinada a exposiciones, la planta alta es la más versátil. Contará con un sistema de tabiques móviles que permitirán distintas configuraciones según las necesidades. Las dos crujías y la galería albergarán la exposición permanente. Desde la planta se podrá acceder al patín y su magnífica vista del jardín botánico. Para subir se rehabilitarán las escaleras originales e incorporará un ascensor accesible acristalado.
Esta construcción de dos plantas y 54’7 m2 dotada con un celeiro data de la primera mitad del siglo XX y requiere de una especial protección, por lo que en la reforma se van a conservar todos sus elementos originarles. Albergará en su planta baja una zona de servicios para el mantenimiento de espacios verdes y en la planta alta, dos aulas ambientales.
Al tratarse de arquitectura religiosa, que suele contar con materiales más sensibles y multitud de detalles, la capilla requiere de una especial protección. Se acometerá una restauración integral que consistirá en una construcción abovedada ejecutada pétrea con cubierta a cuatro aguas, una portada con dos huecos laterales así como con de un peto de ofrendas frontal.
En las instalaciones auxiliares se reacondicionarán los espacios para albergar usos diferentes de los creados originalmente. De esta forma el pazo contará con almacenes, oficinas, tienda, sala de reuniones, bar, restaurante, local y oficina de arqueología, cuartos de instalaciones, cuarto de limpieza, sala de caldera de biomasa, aseos públicos y para personal.
El acceso a la edificación principal se producirá por este espacio abierto formado por la fachada sur y sus muros, las portadas al patio interior y al jardín barroco, y la fachada de la capilla, con su cruz pétrea y su portada calada. Para completar, el edificio auxiliar de planta baja, transformado en cochera, un reciente cierre bajo de fundición y soportes pétreos con acera granítica que separa de la calzada.
Este enclave destaca especialmente por los árboles que alberga: un abeto blanco de gran porte y una palmera. Por su ubicación colinda al norte con el muro que lo separa del patio de labor, al oeste con el edificio auxiliar de planta baja, al sur por el muro de cierra de la plaza y al este con la fachada del pazo.
Un espacio exterior delimitado al sur por el muro, al norte por el cierre anexo de pastas de perpiaño y postes pétreos de viña, al oeste se encuentra delimitado por el hórreo y al este por un frondoso arbolado de castaños y laureles. Para rematar, en la esquina suroeste se ubica el magnífico jardín barroco.
Se trata de un jardín barroco que conserva el trazado de cuatro de los ocho cuarterones originales, una importante fuente central, otra menor, bancos, mesa granítica y podios. Se ubica en el muro este y se separa de la finca con un banco mirador. Colinda al oeste con la edificación principal del pazo y su patín con vistas al mismo, la capilla y portón que comunican con la plaza.
Con vistas espectaculares, está delimitada por un muro de sillería de traza ciclópea y planta cuadrangular, con peculiares tensores metálicos. Tiene un depósito de riego pétreo con un elemento caracterizador: una ventana mirador al norte orientada a la Isla de A Toxa, la Lanzada y el Salnés, con bancos a modo de “parladoiro”, reja exterior cuidadosamente labrada y drenajes tallados.